Analizamos los principales pros y contras entre heredar o donar casas

A la hora de planificar un patrimonio con herencia inmobiliaria, se suele plantear reservar determinados derechos de uso a cada descendiente y donar determinados bienes a sus descendientes como método alternativo de transmisión hereditaria, aportando así una determinada cantidad en algunos casos, es una solución para evitar que el patrimonio cree conflictos entre los herederos, y a su vez se reduce el impacto de los impuestos sobre la herencia.

HERENCIA O DONACIÓN DE UNA VIVIENDA

Aunque ambas operaciones están sujetas al Impuesto Sobre Sucesiones y Donaciones, las tarifas aplicables son diferentes en cada caso, este impuesto se asigna a las comunidades autónomas, existen importantes diferencias fiscales entre las distintas regiones de España.

El impuesto a pagar por heredar una casa depende de su valor y del grado de parentesco con el fallecido. Generalmente, el impuesto a la herencia aumentará significativamente, cuanto mayor sea el valor de la casa y menor sea la relación entre el heredero y el fallecido.

Por lo general, la clave para determinar si una donación es mejor que heredar una propiedad es el impuesto a la transferencia. En el caso de sucesiones, el Impuesto de Sucesiones se liquida en la comunidad autónoma donde vivía el fallecido, y la donación inmobiliaria tributará en la comunidad autónoma donde se encuentre dicha donación.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, al heredar una propiedad, solo se paga el impuesto a la herencia. Pero, en la donación, además del impuesto de donación, el donante de la casa también debe declarar la transferencia de la propiedad en su declaración de renta durante el período impositivo en el que se produce la donación, y debe especificar el valor de la casa, el valor en el momento de la donación y el valor en el momento en que recibió la donación. Si la diferencia es positiva, el donante deberá pagar el impuesto sobre la renta de las personas físicas con base en la base imponible (19% a 23%).

Sin embargo, si la propiedad donada tiene más de 25 años de propiedad o es su residencia habitual, el impacto de la donación en el impuesto sobre la renta personal del donante puede reducirse considerablemente.

No ignoremos que el «impuesto al valor agregado del suelo urbano» (también conocido como «plusvalías municipales»), que se calcula en función del valor catastral de la propiedad, que suele ser caro y no exento de polémica. Cuando se transfieren bienes inmuebles por herencia se suelen aplicar bonificaciones, y al donar, además de estar siempre gravado, este impuesto también lo debe pagar el receptor.

Además de estas fórmulas generales, existe un número alternativo para distribuir los derechos de herencia entre los hijos sin tener que donar en vida. Se trata de un tratado de sucesión, que incluye un contrato entre el testador y su sucesor final, cuyo objeto es distribuir la propiedad entre los residentes de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 1271.2 y 1056.1 del Código Civil.

La división hecha con el heredero en el contrato público es irrevocable por el heredero y tiene plena vigencia sobre él. Una vez fallecido, la transmisión de la propiedad inmobiliaria puede inscribirse directamente en el registro de la propiedad sin obligación de una nueva partición de herencia. Además de estas ventajas, este tipo de división tendrá un efecto beneficioso sobre el orden económico, se atendrá estrictamente a los deseos del testador y evitará futuros litigios, haciendo que la comunidad hereditaria caiga en problemas comunes.

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